México, 14 nov (EFE).- El Gran Maestro peruano Julio Granda, Campeón Iberoamericano y tercer mejor jugador de América Latina, es un caso raro en el ajedrez porque a los 43 años prefiere irse a jugar tenis o a ver el fútbol en televisión, antes que entrenarse.
"Tal vez yo sea un caso atípico, disfruto jugar pero me falta pasión para entrenarme. Adquirí un rechazo al estudio del ajedrez desde muy pequeño y no pude superarlo", asegura en entrevista a Efe en la Ciudad de México, donde defiende su título de Iberoamérica.
Granda, originario de Camaná, exhibe un coeficiente Elo de 2.627 puntos que lo coloca como tercer latinoamericano detrás de los cubanos Leinier Domínguez (2.716) y Lázaro Bruzón (2.668), pero a diferencia de los caribeños, dedica poco tiempo a su preparación, aunque a veces sigue las partidas de los mejores del mundo.
Es hace años el mejor de su país y uno de los grandes de América, pero conserva la humildad de los campesinos peruanos y no le da mucha importancia a su Elo de 2.627 porque, si bien es el tercero del continente, apenas le alcanza para estar en el 132 del mundo.
"Para muchos llegar a 2.600 es una meta alta, pero el rating de ajedrez ha tenido una inflación y hoy esa cifra no es importante, no figuro ni entre los 100 del mundo", dice.
Granda es un maestro respetado por su estilo arriesgado, su tendencia a jugar con elegancia y su sangre fría, cualidad con la que venció al mexicano José González en su primera partida del Iberoamericano de este año, a pesar de tener apuros de tiempo.
En Salamanca, donde vive, juega al tenis y los fines de semana saca su pasión de hincha del club Barcelona, en vez de estudiar ajedrez muchas horas diarias como hacen los demás maestros.
"No superé el rechazo al estudio y por eso no me desarrollé más; ahora viajo con mi computadora, pero la uso más para estar al tanto de las noticias, y comunicarme con la familia", señala.
El Gran Maestro español Miguel Illecas, quien llegó a estar en el top 30 del mundo, asegura que un maestro del nivel de Granda no puede mantener la forma sin estudiar, pero el peruano insiste en su aversión a las sesiones de preparación.
"Nadie me cree, una vez gané un torneo en Holanda y enviaron un espía camuflado a la habitación de mi hotel, a ver si yo tenía apuntes o algo para entrenarme", dice.
Granda dice estar feliz por el buen momento del ajedrez de Perú, que el año pasado ganó dos títulos mundiales juveniles con los hermanos Jorge Coria, en la categoría sub 14, y Daysi Coria, en la sub 16. "Estamos ratificando un buen momento y los triunfos de estos chicos han puesto el ajedrez en primer plano", señala.
En el ajedrez actual, varias figuras con más de 35 años, encabezadas por el campeón mundial indio Viswanathan Anand, de 41, se mantienen en el top 10, lo cual Granda interpreta como una señal de que aún puede competir con nivel.
"Ellos son una referencia que da aliento, hay una lucha entre los veteranos y los jóvenes; hace dos años derroté en la final del Iberoamericano al venezolano Eduardo Iturrizaga, que hoy tiene 21 años. Quizás ahora le toque ganar con su juventud, pero pienso ponérselo difícil", afirma.
Granda ha librado varias batallas en el tablero contra maestros del top 10, los conoce bien y dice que Anand debe ser considerado como uno de los grandes de todos los tiempos porque por ahora nadie le va a quitar la corona mundial.
"El noruego de 20 años Magnus Carlsen es un talento, pero hoy no tendría posibilidades de vencer a Anand en un match, sería bonito que gane el título en unos años porque un campeón tan joven rescataría el interés por los Mundiales, perdido cuando el ruso Garry Kasparov se separó de la Federación Internacional,", dice.
En el Iberoamericano de México, Granda ha comenzado con buen pie, luego de vencer tras al mexicano José González en 31 movimientos de una defensa Ninzo India. El jugador hizo una novedad que complicó la partida y pudo resolver de manera admirable, con lo cual mostró su buena forma deportiva. Sin embargo no se confía.
"No me pongan de favorito, las distancias se han acortado mucho y aquí varios pueden ganar", advierte.
"Tal vez yo sea un caso atípico, disfruto jugar pero me falta pasión para entrenarme. Adquirí un rechazo al estudio del ajedrez desde muy pequeño y no pude superarlo", asegura en entrevista a Efe en la Ciudad de México, donde defiende su título de Iberoamérica.
Granda, originario de Camaná, exhibe un coeficiente Elo de 2.627 puntos que lo coloca como tercer latinoamericano detrás de los cubanos Leinier Domínguez (2.716) y Lázaro Bruzón (2.668), pero a diferencia de los caribeños, dedica poco tiempo a su preparación, aunque a veces sigue las partidas de los mejores del mundo.
Es hace años el mejor de su país y uno de los grandes de América, pero conserva la humildad de los campesinos peruanos y no le da mucha importancia a su Elo de 2.627 porque, si bien es el tercero del continente, apenas le alcanza para estar en el 132 del mundo.
"Para muchos llegar a 2.600 es una meta alta, pero el rating de ajedrez ha tenido una inflación y hoy esa cifra no es importante, no figuro ni entre los 100 del mundo", dice.
Granda es un maestro respetado por su estilo arriesgado, su tendencia a jugar con elegancia y su sangre fría, cualidad con la que venció al mexicano José González en su primera partida del Iberoamericano de este año, a pesar de tener apuros de tiempo.
En Salamanca, donde vive, juega al tenis y los fines de semana saca su pasión de hincha del club Barcelona, en vez de estudiar ajedrez muchas horas diarias como hacen los demás maestros.
"No superé el rechazo al estudio y por eso no me desarrollé más; ahora viajo con mi computadora, pero la uso más para estar al tanto de las noticias, y comunicarme con la familia", señala.
El Gran Maestro español Miguel Illecas, quien llegó a estar en el top 30 del mundo, asegura que un maestro del nivel de Granda no puede mantener la forma sin estudiar, pero el peruano insiste en su aversión a las sesiones de preparación.
"Nadie me cree, una vez gané un torneo en Holanda y enviaron un espía camuflado a la habitación de mi hotel, a ver si yo tenía apuntes o algo para entrenarme", dice.
Granda dice estar feliz por el buen momento del ajedrez de Perú, que el año pasado ganó dos títulos mundiales juveniles con los hermanos Jorge Coria, en la categoría sub 14, y Daysi Coria, en la sub 16. "Estamos ratificando un buen momento y los triunfos de estos chicos han puesto el ajedrez en primer plano", señala.
En el ajedrez actual, varias figuras con más de 35 años, encabezadas por el campeón mundial indio Viswanathan Anand, de 41, se mantienen en el top 10, lo cual Granda interpreta como una señal de que aún puede competir con nivel.
"Ellos son una referencia que da aliento, hay una lucha entre los veteranos y los jóvenes; hace dos años derroté en la final del Iberoamericano al venezolano Eduardo Iturrizaga, que hoy tiene 21 años. Quizás ahora le toque ganar con su juventud, pero pienso ponérselo difícil", afirma.
Granda ha librado varias batallas en el tablero contra maestros del top 10, los conoce bien y dice que Anand debe ser considerado como uno de los grandes de todos los tiempos porque por ahora nadie le va a quitar la corona mundial.
"El noruego de 20 años Magnus Carlsen es un talento, pero hoy no tendría posibilidades de vencer a Anand en un match, sería bonito que gane el título en unos años porque un campeón tan joven rescataría el interés por los Mundiales, perdido cuando el ruso Garry Kasparov se separó de la Federación Internacional,", dice.
En el Iberoamericano de México, Granda ha comenzado con buen pie, luego de vencer tras al mexicano José González en 31 movimientos de una defensa Ninzo India. El jugador hizo una novedad que complicó la partida y pudo resolver de manera admirable, con lo cual mostró su buena forma deportiva. Sin embargo no se confía.
"No me pongan de favorito, las distancias se han acortado mucho y aquí varios pueden ganar", advierte.