jueves, 28 de febrero de 2008

Culminó con el éxito esperado el Torneo por Equipos en Soldevilla

Torneo por Equipos con nombres de Fantasía
El equipo Te Rompo el Mereque fue el ganador del Torneo Abierto por Equipos con Nombre de Fantasía que se realizó en el local de la Academia de Ajedrez Soldevilla el día lunes pasado.


Integrantes del Equipo Te Rompo el Mereque

Las posiciones finales entre los equipos participantes fueron:

1) Te Rompo el Mereque 13,5 ptos. (29.0 45.0 35.0), 2) Gumarelo 13,0 ptos. (29.5 46.0 38.5) 3) Fénix 12,5 ptos. (30.0 46.0 41.5) 4) Zugswang 10,5 ptos. (32.0 53.5 35.0) 5) Fuerte Olimpo 10,5 (32.0 53.5 30.0) 6) Tres Aborígenes más Uno 9,0 ptos. (33.5 49.5 26.0) 7) Los Campeones 8,0 ptos. (34.0 50.5 24.0) 8) Los Peones 3,0 ptos. (34.5 56.0 10.0)



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lunes, 25 de febrero de 2008

Atribuyen a Da Vinci el diseño de figuras de ajedrez


La Fundación Coronini Cronberg, propietaria del tratado sobre ajedrez más famoso del Renacimiento, atribuye el dibujo de las 6 piezas del juego que aparecen representadas en dicho manuscrito al genial italiano. Foto de www.coronini.it

La conclusión es el resultado de una investigación realizada por el escultor y arquitecto Franco Rocco, a quien la Fundación Coronini encargó que reprodujera un juego de piezas de ajedrez a partir de los dibujos del manuscrito, según explicaron hoy medios locales.
Rocco sostiene que los dibujos que acompañan las jugadas de ajedrez del tratado De Ludo Schacorum overo Schifanoia escrito por el fraile Luca Bartolomeo Pacioli son obra de Leonardo da Vinci.
Estas ilustraciones representaban una gran novedad para la época ya que era común, hasta ese momento, utilizar letras para identificar cada una de las piezas del juego.
El manuscrito contiene 140 tableros y más de 1.400 dibujos de piezas, cuyo diseño original se atribuye al artista y científico italiano, aunque se apunta que en su mayoría fueron reproducidas luego por un amanuense.
Rocco asegura que existen muchos indicios que sustentan su afirmación sobre la autoría de las piezas, como el uso de la proporción áurea en su dibujo, técnica que busca el equilibrio en las figuras humanas y que era una de las grandes obsesiones de da Vinci.
El arquitecto también tiene en cuenta que da Vinci y el fraile Pacioli fueron amigos, que habían colaborado con anterioridad y que el polifacético artista era aficionado al ajedrez.

A pesar de todos los indicios presentados por Rocco, la Fundación Coronini ha pedido al mayor experto sobre Leonardo da Vinci, Carlo Pedretti, que confirme la autoría de los dibujos.
Fuente: Diario Última Hora

martes, 12 de febrero de 2008

Wilson Mangabeira fue el Campeón del Abierto del Soldevilla de fecha 9/feb/2008

El Campeón, en una imagen de archivo (gentileza de la Federación Paraguaya de Ajedrez)



En esta imagen de archivo, se ve a Wilson Mangabeira (sentado a la derecha) jugando una partida con Marcelo Villalba. Observa al lado, el MF César Santacruz (quien hace poco realizó una exhibición de simultáneas en Soldevilla) y de pie, Julio Ingolotti, Víctor Salinas y Juan Buzó. La imagen es gentileza de la Federación Paraguaya de Ajedrez.



Omar Morales (izq.) y Joel Cano (der.)



Antonio Almirón fue el Vice Campeón del Torneo

Wilson Mangabeira es el nuevo Campeón del Torneo Rápido del Soldevilla. Mangabeira consiguió el primer lugar al obtener 6 de los 7 puntos en disputa e hizo justicia de acuerdo al excelente juego que desplegó en el tablero. Antonio Almirón (elo 2114) quedó como Vicecampeón obteniendo 5,5 puntos en total y Juan Buzó (elo 1817) quedó en 3º lugar con 5 puntos.




El MI Cristóbal Valiente fue a dar su apoyo a las actividades del Soldevilla


Las principales posiciones quedaron de la siguiente forma: 1) Mangabeira, Wilson 6,0 ptos. 2) Almirón, Antonio (elo 2114) 5,5 ptos. 3) Buzó, Juan (elo 1817) 5,0 ptos. 4) Román, Rodrigo (elo 1766) 5,0 ptos. 5) Areco, Esteban (elo 1813) 4,5 ptos. 6) Colmán, Matías 4,0 ptos. 7) Venica, Samir 4,0 ptos.





Mangabeira se une a los demás campeones de estos rápidos, cuyos desempeños se pueden ver en:





Soldevilla se prepara ahora para realizar un nuevo torneo por equipos y las inscripciones están abiertas en el 0991-834396 o en mirkorojasbravo@yahoo.com

jueves, 7 de febrero de 2008

El MF César Santacruz realizó una Exhibición de Simultáneas en Soldevilla

Fue ante 12 jugadores y el resultado fue de 11,5 a 0,5 a favor del Maestro Santacruz

El día miércoles 6 de febrero, el MF César Santacruz realizó una exhibición de partidas simultáneas ante 12 jugadores quedando como resultado final 11 victorias para el maestro y unas tablas. El único jugador que pudo sostener su partida y obtener unas tablas ante Santacruz fue Rodrigo Román (elo 1776).




Participaron de estas simultáneas los siguientes jugadores: Nicolás Penayo (elo 1881), Claudio Landa (elo 1871), José Battaglia (elo 1837), Marcelo Villalba (elo 1817), Rodrigo Román (elo 1776), José Carlos Aveiro (elo 1546), Andreu Regordosa, Diego Gómez, Edgar Giménez, Jazmín Alderete, Marcelo Gómez, Montserrat Rojas.

A la derecha se ve a Rodrigo Román, quien pudo obtener unas tablas en las simultáneas


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miércoles, 6 de febrero de 2008

El CIT fue el Campeón del 1º Torneo de Integración por Equipos del Soldevilla


El Equipo Campeón en pleno. De izquierda a derecha: Hernán Pérez, Manuel Acuña, Víctor Salinas, Nelson Valinotti, Ernesto Barrientos, Jorge Del Puerto, Rodrigo Del Puerto y Antonio Almirón
El Equipo del CIT fue el gran Campeón del 1º Torneo de Integración por Equipos del Soldevilla. El evento se realizó el Lunes 4 de febrero y consistió en un cuadrangular entre los equipos del CIT, Centenario, Ampande y Soldevilla.



El Equipo del CIT estaba capitaneado por el Arq. Víctor Salinas (Presidente de la Federación Paraguaya de Ajedrez) y sus integrantes eran:

1º Tablero: Antonio Almirón (elo 2114)
2º Tablero: Rodrigo Del Puerto (elo 1967)
3º Tablero: Ernesto Barrientos (elo 1881)
4º Tablero: Hernán Pérez (elo 1819)
5º Tablero: Nelson Valinotti
6º Tablero: Jorge Del Puerto (elo 1706)
1º Suplente: Víctor Salinas (elo 1771)
2º Suplente: Manuel Acuña





La lucha fue intensa entre los equipos del CIT y del Centenario (que salió Vice Campeón), ya que ambos equipos vencieron en 1º Ronda con marcadores de 5,0 contra 1,0 puntos y la 2º Ronda con marcadores de 5,0 a 0,5 puntos, por lo que llegaron a la última ronda con igualdad de puntos. En esta última ronda empataron 3 a 3 y se tuvo que definir con un encuentro extra a 15 minutos por jugador (la cadencia de las tres primeras rondas fue de 25 minutos). El desempate dió como resultado un 3,5 a 2,5 a favor del CIT lo que le llevó al título de Campeón.
El Equipo del Centenario se presentó al torneo con los siguientes integrantes:
1º Tablero: Manuel Latorre (elo 2270)
2º Tablero: Osvaldo Bergonzi (elo 2114)
3º Tablero: Juan Carlos Buzó (elo 1815)
4º Tablero: Wilson Mangabeira
5º Tablero: Marcelo Villalba (elo 1817)
6º Tablero: Marcelo Gómez
1º Suplente: Gustavo González

El Tercer Lugar le correspondió al Equipo de Ampande, que venció en la última ronda al Soldevilla. Este equipo estaba integrado por:
1º Tablero: Francisco Mora
2º Tablero: Dámaso Florentín (elo 2004)
3º Tablero: Walter Cubilla (elo 1910)
4º Tablero: Raúl Monges (elo 1791)
5º Tablero: Francisco Ochelli
6º Tablero: Gustavo Quiroga
1º Suplente: Orlando Portillo
2º Suplente: Rolando Samaniego
3º Suplente: Francisco Mora (h)
Un papel interesante del nuevo equipo del Soldevilla integrado exclusivamente por jugadores No Ranqueados y que se presentó al torneo con la siguiente alineación:
1º Tablero: Jazmín Alderete
2º Tablero: Montserrat Rojas
3º Tablero: Omar Morales
4º Tablero: Edgar Giménez
5º Tablero: María Fe Rojas
6º Tablero: José María Ferreira
1º Suplente: César Morales





Soldevilla espera así sus próximos eventos que serán:
  • Simultáneas con el MF César Santacruz (Miércoles 6 de febrero. 19hs.)
  • Torneo Abierto de Ajedrez (Sábado 9 de febrero. 14hs.)
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lunes, 4 de febrero de 2008

Antonio Almirón ganó el Abierto del Soldevilla

Antonio Almirón (primer plano a la derecha), en una imagen de archivo del Soldevilla


El torneo se realizó el Sábado 2 de Febrero
Antonio Almirón (elo 2114) impuso su favoritismo y se adjudicó el Torneo Abierto de Ajedrez Rápido del Soldevilla, que se realizó el 2 de febrero pasado. Almirón hizo 6,5 puntos de siete posibles no dejando ninguna duda de su excelente desempeño en el tablero y mencionó que ya le tomó el pulso a estos torneos del Soldevilla ya que en sus dos últimas presentaciones dejó escapar el título en las últimas rondas.

Juan Ibáñez (elo 2022) fue el Vicecampeón con 5 puntos en total. Este puntaje fue obtenido por siete jugadores en total, pero Ibáñez se impuso por los desempates Bucholz Medio y Bucholz.




Tercero en la general quedó Wilson Mangabeira, con 5 puntos, quien empató con Ibáñez hasta en el Bucholz Medio, pero el Bucholz total lo dejó en tercer lugar. Mangabeira fue el Mejor No Ranqueado del Torneo y estará en el Torneo de Integración por Equipos (representando al Club Centenario) que se realizará el Lunes 4 de febrero.


Completaron el grupo de los 5 puntos: Marcelo Villalba (elo 1817), Francisco Ochelli, Ariel Recalde (elo 2004), Claudio Landa (elo 1870) y Nicolás Cháves (elo 1692).




Las principales posiciones generales quedaron como sigue: 1) Almirón, Antonio (elo 2114) 6,5 ptos. 2) Ibáñez, Juan (elo 2022) 5,0 ptos. 3) Mangabeira, Wilson 5,0 ptos. 4) Villalba, Marcelo (elo 1817) 5,0 ptos. 5) Ochelli, Francisco 5,0 ptos. 6) Recalde, Ariel (elo 2004) 5,0 ptos. 7) Landa, Claudio (elo 1870) 5,0 ptos. 8) Chaves, Nicolás (elo 1692) 5,0 ptos. 9) Cubilla, Walter (elo 1900) 4,5 ptos. 10) Salinas, Víctor (elo 1771) 4,5 11) Barrientos, Edgar (elo 2080) 4,0 ptos. 12) Penayo, Nicolás (elo 1881) 4,0 ptos. 13) Saldaña, Fernando (elo 1845) 4,0 ptos. 14) Areco, Esteban (elo 1813) 4,0 ptos.





Informaciones sobre los otro torneos rápidos se pueden ver en:







Próximos Eventos en Soldevilla:

1º Torneo de Integración por Equipos (4 de Febrero, 19hs.)

Simultáneas con el MF César Santacruz (6 de Febrero, 19hs.)

Torneo Abierto de Ajedrez (9 de Febrero, 14hs.)


Informes:

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El niño que no quería ser Bobby Fischer

Artículo publicado en Ajedrez.com.py


EL NIÑO. Un jovencísimo Josh Waitzkin juega al ajedrez en Washington Square (Nueva York) bajo la mirada de su maestro Bruce Pandolfini


Inspiró la película 'En busca de Bobby Fischer'. Como el gran jugador estadounidense muerto recientemente, deslumbró desde pequeño. Capaz de perder un mundial juvenil por rechazar unas tablas, a los 18 años abandonó el ajedrez ahogado en la fama. A los 31, Josh Waitzkin, hoy campeón de artes marciales, recibe a Magazine en su apartamento neoyorquino. "Bobby no estaba loco, ni enloqueció por jugar, su visión del mundo era terrible", asegura.


El destino del niño prodigio asusta. Yehudi Menuhin, que a los 13 años tocaba a Bach y Beethoven con la Filarmónica de Berlín, necesitó del yoga para no suicidarse con 27. Marisol eligió ser Pepa Flores antes que aparecer "en las cenas con colgajos de oro y perfil de bisturí" (Raál del Pozo). Drew Barrymore a punto explota luego de que E.T. la nombrase hermana pequeña de América. Y a Josh Waitzkin (Nueva York, 1976), portento del ajedrez y las artes marciales, le hicieron la vida imposible. Apenas alcanzaba al tablero y ya destrozaba a profesionales. Pronto su nombre recorrió EEUU. Cada vez que comparecía, los medios afilaban sus flashes. La gente quería conocer al Mozart del ajedrez, un niño tímido que había nacido bajo un cielo de alfiles.



Incluso su padre, el escritor Fred Waitzkin, contribuyó al fenómeno. Narrando el primer campeonato nacional que conquistó Waitzkin, escribió En busca de Bobby Fischer, obvio guiño al ajedrecista estadounidense por antonomasia. La película, basada en el libro (1993), en la que el niño-actor Max Pomeranc interpreta a Josh Waitzkin, fue un bombazo y lo empeoró todo. "Odio la palabra prodigio, lo que tiene de falso", dice ahora Waitzkin, 31 años, en su casa del Village neoyorquino, la misma de su infancia, repleta de trofeos de peces espada y tiburones (una antigua pasión familiar desechada hace tiempo) y cuadros de su abuela, amiga de Pollock y el resto de la pandilla que conmocionó el arte de los 50.


A Waitzkin lo esperaban para revalidar la párpura de Fischer. Fusilaron su retrato hasta quemarlo. Inteligencia superdotada, conoció el estercolero de la fama. Había fotógrafos en cada partida, ejércitos de bolígrafos y grabadoras pendientes de cada movimiento, resueltos a construirle un aura icónica, un poema épico con retales y bisutería. Recién cumplidos los 18, Waitzkin abandonó. Rechazaba así ser el juguete ajeno. Dejó el ajedrez tras conquistar ocho campeonatos de EEUU y perder de forma increíble el campeonato mundial juvenil (tras rechazar unas tablas que le hubieran dado el título). "Perdí mi amor por el ajedrez después de la película sobre mi vida, mucho antes de la partida. El éxito de la taquilla me obligaba a ganar siempre, y yo, hasta entonces, había jugado para ganar, sí, pero también por divertirme. El ajedrez era mi vida, un problema continuo que me fascinaba. Hasta que una tarde, en Memphis, jugando con otras 40 personas, comprendí que sólo lo hacía externamente. No estaba allí. …se fue el principio del fin". Un final anunciado porque Waitzkin no hacía pie, rodeado de abogados, expertos, escritores, comentaristas y admiradores, chapoteando por culpa de la fascinación que despierta el niño deificado.

Divertido, amable y tranquilo, Waitzkin soporta la sesión fotográfica sin quejarse. Acostumbrado al rigorismo del mercado, conoce las reglas e incluso sugiere poses. Conquista por su clarividencia. "Sabes, otro de los problemas, aparte de la presión, vino al cambiar de maestro. Hasta entonces siempre estuve con Bruce Pandolfini. Pero el nuevo maestro insistió en cambiar mi estilo, justo lo que hacen los malos profesores. Quieren que su alumno sea un clon suyo, en lugar de permitirle desarrollarse, y eso me ahogó. Empecé a aburrirme. De alguna forma jugaba él por mí". Apartado Pandolfini, también famosísimo, Waitzkin contó con otros maestros, menos ortodoxos.


Durante años, de niño, aprendió de los ajedrecistas de Washington Square. Acuden a jugar por dinero. Son especialistas callejeros, sin otra formación que la picaresca ni más recursos que su inteligencia natural. Entre barandas, pillos y truhanes forjó armas y bebió de sus copas el licor volcánico de quienes perdían la reputación por una buena partida y unos billetes. "La mayoría están muertos, o en la cárcel, pero gracias a ellos soy quien soy. Otra cosa importante de aquellos días fue que en la calle ganabas o perdías, y no había tablas, así que a diferencia de otros muchachos, que venían del ajedrez en los colegios y su entorno amable, yo me convertí en un practicante fiero, tanto que me apodaron tigre". La luz de las esquinas, el zoco diario de la plaza donde los folkies tocaban las guitarras, sentados bajo el arco blanco y el edificio donde vivió Henry James, abrió los portones de un niño con algo genial y terrible, capaz de triturar a cualquiera sin despeinarse.


Tras abandonar el ajedrez, Waitzkin comenzó a practicar tai chi chuan de la mano del gran maestro William CC Chen. Cinco años después ganó el campeonato del mundo, celebrado en Taiwán. Añadan, a día de hoy, 13 campeonatos de EEUU y otro mundial. Cansado, quizá porque sólo la básqueda lo motiva, había escrito su primer libro, un venerado manual de ajedrez, y dio voz a un programa de ajedrez multimillonario en ventas (de hecho, el más vendido de la historia). En 2005, dejó el tai chi en la cumbre y probó con el jiu jitsu, arte marcial brasileño, "el más complejo de todos, con unas transiciones muy fluidas y una técnica muy depurada". Junto a Marcos Santos, uno de los especialistas más importantes del mundo, espera presentarse al campeonato del mundo, tal vez ganarlo, en 2010 o 2012. "No creas, no es tan difícil. Todos podemos ser grandes si nos lo proponemos. La cuestión, creo, o al menos es mi método, consiste en aprender unas técnicas y rutinas que me resulten accesibles, que vayan con mi carácter, y a partir de ahí, concéntricamente, desarrollar nuevos conocimientos. De esa forma todo va sedimentándose de forma natural. Modestamente, he creado mi propio método de aprendizaje, y en él entran las enseñanzas que recibí del ajedrez. En realidad, haga lo que haga, de alguna forma sigo jugando al ajedrez", asegura.


Aparte de ir al gimnasio, Waitzkin ha publicado El arte de aprender, donde resume sus experiencias. "No tengo muy claro el título. Suena a manual de autoayuda. Mi libro es todo menos eso. Qué horror los libros que aspiran a vender soluciones como si acudieras a una máquina de refrescos. Aquí hay muchos, demasiados libros de ese tipo, ofreciendo remedios caseros, estápidos, a problemas muy graves. Engañan a la gente, pero son un producto lógico de nuestra cultura, siempre pendiente del beneficio instantáneo, mágico". Waitzkin, cuya presencia constante en las televisiones y periódicos estadounidenses ya no le impide concentrarse, lee en estos días Justine, de Lawrence Durrel. Sus 31 años repletos de viajes, combates y cirugías sobre el tablero conforman parte de una personalidad poliédrica, disciplinada y amante de la inspiración.


Mientra charlamos, el padre de Waitzkin busca un tablero de ajedrez para las fotografías finales. Hace tanto que nadie juega en esta casa que tardará en encontrarlo. Está perdido en el revuelo de papelotes, revistas, volámenes y fotografías de un hogar 100% neoyorquino, muy lejos de ese Manhattan poblado de idiotas fascinados por el diseño de interiores y los zapatos de series de televisión como Sexo en Nueva York. La casa de los Waitzkin acoge la luz de esta mañana helada como el interior de un buque varado en mitad de la Nueva York más viva, la de los viejos cafés, clubes de másica, árboles centenarios y edificios agonizantes, muy cerca del garito donde Dylan Thomas bebía hasta desplomarse.




LA REALIDAD ACTUAL. A sus 31 años, Josh Waitzkin se prepara para ser campeón del mundo de jiu jitsu


Es amigo personal de Robert Pircing, octogenario autor del legendario Zen and the Art of Motorcycle Maintenance: An Inquiry into Values (Zen y el arte de reparar motocicletas...). Aquel libro, crónica de carretera e indagación filosófica, fue rechazado por 121 editoriales. Tras editarse, vendió decenas de millones de ejemplares. George Steiner comparó a su autor con Dostoievski y Proust. Como Pircing, Waitzkin encontró en la filosofía oriental un bote salvavidas. "Le envié a Pircing el manuscrito de mi libro. Desde entonces, somos amigos. A diferencia de otros filósofos, Pircing no se pierde en metafísicas inátiles ni habla sólo para la secta. Le interesa la gente, y cree que la filosofía sólo tiene sentido si cuestiona el mundo y aborda problemas cotidianos, sociales, políticos incluso, lejos del aburridísimo ombliguismo en el que vive recluida por sus guardianes".


A lo oriental llegó gracias a Kerouac, novelista de extremos que algunos exquisitos desprecian por visceral. "Los vagabundos del Dharma me marcó profundamente. Y también En el camino, claro". Hay que escuchar a Waitzkin hablar sobre Kerouac y el resto de hombres de la Beat generation. Como ellos, ha rechazado los códigos establecidos y el brillo falso de los autógrafos. Tampoco comulga con el sistema que rige la educación en su país. "Es que fomentan una competitividad salvaje. No rechazo competir, hasta cierto punto es saludable, incluso necesario. Es más, desconfía de aquellos que nunca compiten y desprecian la competición. En el fondo lo hacen para salvaguardar su ego, no porque carezcan de él. De todas formas, mi relación con la competición ha cambiado. Al principio, mientras jugué al ajedrez, era clave. Luego me fui relajando. Competir es bueno, pero si forzamos demasiado la máquina logramos que los chicos terminen acomplejados y transformamos la enseñanza en una trinchera".


Filosofía de vida. A partir de sus propias lecciones en el tablero, Waitzkin llegó a la clave de su teoría. "La idea del inconsciente estuvo siempre ahí, no es algo místico ni freudiano, sino metódico. Debes apropiarte de los elementos que consideras más adecuados a ti y tomar impulso desde ahí". Esa noción saludable del individuo, que crece alimentándose de sus condiciones, sumada a la facilidad para transformar anécdotas en notas a pie de página que conducen a un nudo central que resolver, hacen de Waitzkin mucho más que un jugador o atleta superdotado.


Rodeado de clásicos, entre la biblioteca y el recuerdo de madrugadas consumidas entre peones, sorprende con nociones que beben de la tradición y hacen de eje intelectual en su biografía. Nada que los partidarios del apredizaje individualizado no hubieran formulado antes; novedoso y estimulante, en cualquier caso, viniendo de alguien que podía dedicar su tiempo a solazarse en viejas hazañas; más todavía: sintomático en un deportista de elite que hizo de su cerebro herramienta principal de trabajo. "El gran problema del sistema educativo, y yo lo vivía con aquel profesor de ajedrez que sustituyó a Pandolfini, es que intenten ahormarte a un modelo predeterminado, en lugar de indagar en tus necesidades", asegura.


Y añade: "Intento que mi vida se defina, más que por los momentos felices, por los bajos, por las pérdidas, que son, sin duda, aquellos instantes de los que más podemos aprender. Te daré un ejemplo. Necesité años para enfrentarme a la partida que perdí con 18 años, la que hubiera ganado si no hubiera rechazado las tablas. Estudiándola, descubrí que entré yo mismo en la trampa de mi oponente. Lancé un ataque demasiado obvio. De haberme movido con menos violencia, y eso que mi posición era inmejorable, habría ganado, seguro. Me perdió la agrevisidad. La noción de que la violencia, incluso durante un combate, no es tu mejor aliada, la tengo ahora muy presente. Es clave saberlo cuando practicas artes marciales, por ejemplo, porque en ellas basas tu poderío más en el análisis del contrario, en el encaje de los golpes y la respuesta que des, que en el ataque".


Ajedrecista jubilado con una leyenda sólo superada en EEUU por Bobby Fischer, Waitzkin había esquivado a tiempo el tormento que liquidó al hombre que en los 70 derrotó a la Unión Soviética y sacó muy poco de su gesta. Mientras que Fischer fue fagocitado por su locura, Waitzkin buscó en otros pastos e hizo de las artes marciales un bálsamo con el que dialogar. Murió para el ajedrez por la presión combinada de un periodismo ávido y unos profesores ciegos de vanidad. Recorrió el mundo para curar el sarampión del fracaso, el pildorazo del miedo, la angustia de fallar ante el modelo previamente construido de niño destinado a la gloria. Mandó al carajo a los patrocinadores. Estudió. Gracias a la actividad física añadió nuevos estímulos a una mente en perpetuo cambio. Peregrino y guerrero, escritor dotado, cazador del cerebro y sus fuegos, Waitzkin resuelve teoremas matemáticos para ejercitarse. Ha transformado el ring en un problema geométrico y vive a tope la resurrección de quien le hizo un corte de mangas al guión preestablecido por los especialistas en exprimir portentos.


Su reacción tras la muerte de Bobby Fischer

Tengo sentimientos encontrados hacia Bobby Fischer", comenta Waitzkin por teléfono a los tres días de fallecer el mito. "Durante el fin de semana he recibido cientos de correos. Todos preguntan por Fischer. No respondí ninguno. Tengo muy claro que fue un artista, un revolucionario. El ajedrez en EEUU sería irreconocible sin su genio. Pero culpar al ajedrez, decir que estaba loco, o que fue el ajedrez el que lo enloqueció, resulta demasiado fácil. Su visión del mundo era terrible. Durante mi infancia fue una persona muy importante para mí, pero después seguimos caminos distintos. Amo a la gente, procuro involucrarme en los problemas de la comunidad, y eso nos diferencia. Tuvo sus opciones y vivió de espaldas al mundo". A propósito de los símiles, Josh traza una línea roja, el compromiso. "Los campeones tienen una gran responsabilidad social. Son un modelo para los niños y los jóvenes. Aceptaron estar en el centro del escenario. Deben ser vigilantes. ¿Sabes?, no quiero hablar mal de alguien que acaba de morir", remata antes de despedirse.

Por JULIO VALDEÓN BLANCO en Mundo.es
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