sábado, 19 de enero de 2008

El Ajedrez despide a una Leyenda

GRAN MAESTRO. Fischer, durante una partida en 1971. Los problemas físicos y de paranoia del ajedrecista se habían agravado en los últimos años. (AP)


El estadounidense Bobby Fischer murió en Islandia a los 64 años. De un talento innato y único, fue campeón mundial entre 1972 y 1975. Se encontraba exiliado desde que Washington dictó una orden de captura en su contra, por haber violado un embargo contra la ex Yugoslavia.

El estadounidense Robert "Bobby" Fischer, campeón del mundo de ajedrez entre 1972 y 1975, murió hoy en Reykjavik, Islandia, a los 64 años, según informó oficialmente la radio nacional islandesa. Fischer, un hombre de fuerte temperamento, había nacido el 9 de marzo de 1943 en la ciudad de Chicago y se consagró campeón al vencer al soviético Boris Spassky en el denominado "Match del Siglo". El estadounidense poseía también la nacionalidad islandesa y era un refugiado político, perseguido por traición en su país natal. El brillante ajedrecista, quien a los 15 años se convirtió en el Gran Maestro más joven de la historia, fue buscado por las autoridades estadounidenses por jugar, en 1992, una partida de revancha contra Spassky, su rival durante la Guerra Fría, en Yugoslavia, pese a las sanciones internacionales que pesaban sobre ese país. A Fischer le costó caro esa exhibición frente a Spassky. Estados Unidos había bloqueado Belgrado y su viaje a Yugoslavia fue considerado como una traición a su país y pasó a ser fugitivo del FBI y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
En 2004, cuando pretendía viajar a Filipinas desde Japón, Fischer fue detenido en el aeropuerto de Narita por usar un pasaporte cancelado por el gobierno estadounidense. Los japoneses lo encarcelaron a la espera del pedido de extradición de Estados Unidos. Pero Bobby pidió asilo político en Islandia y el 9 de marzo de 2005, luego de estar ocho meses preso y mientras festejaba sus 62 años en la cárcel, recibió una buena noticia: el parlamento islandés aprobó concederle la ciudadanía y fue puesto en libertad por Japón y deportado a Islandia. En noviembre pasado su salud mental provocó que fuese internado en un Hospital de Islandia. "Fue un hombre que nunca mintió, aún con sus errores siempre fue transparente", lo recuerda Miguel Quinteros, ajedrecista argentino amigo de Fischer. "Tuvo una vida muy triste, en los últimos años se quedó solo", agrega. Sin dudas, hoy el ajedrez se quedó sin uno de sus mayores exponentes.
Fuente: Clarín.com