Basada en experiencias en otros países
Un dirigente debe tener presencia, impronta, una actitud de solidaridad y lealtad con sus compañeros. Ser hontesto, cristalino, tener energía; esos son todos elementos subjetivos que hacen a la personalidad del dirigente. Si uno tiene todos esos elementos y además es capaz, entonces ahí hay un líder.
No se puede ser un buen dirigente sino se es una buena persona. No hay una diferenciación, uno no es en su vida privada un mal tipo, pero a la vez un buen dirigente. Uno es un todo. Por eso hay que lograr la excelencia a nivel humano.